Hace un par de viernes tuve la primera cita con la matrona. No es la misma que me llevó en el embarazo de mi Peque, y en cierto modo, me alegro. La matrona anterior, A., era muy agradable e hizo las clases de preparación al parto bastante a menas, pero a la hora de la verdad, me orientó bastante poco.
En la primera visita puerperal,
cuando le comenté que mi Peque estaba tomando suplementos de biberón desde la
primera noche en el hospital, sólo se le ocurrió mirarme con cara de desprecio
diciéndole a la chica en prácticas “Pues ya tenemos aquí a la primera que se ha
rendido”. Nada de preguntas, consejos ni recomendación alguna al respecto. Eso
sí, me cortó algunos puntos que tenía tirantes y me estaban amargando el
postparto, y tendré que agradecérselo toda la vida ;-)
La nueva matrona vuelve a ser
madura y con bastante sentido del humor. No me dio ningún consejo ni
recomendación, entiendo que porque no era primeriza. Eso sí, me comentó algo
que no había escuchado nunca. Según parece mi primer hijo, mi Peque, fue un macrosoma. Así llaman a los bebés que
pesan 4 kilos o más al nacer. Si me lo hubieran dicho en su momento,
seguramente me hubiera entrado hasta miedo y todo... pero mi Peque fue un bebé
totalmente normal. Larguito, 51,5 cm, con buenos muslitos, pero no exageradamente
gordito.
El caso es que al parecer, si tu
primer hijo es un macrosoma, en el
segundo embarazo te mandan la curva del azúcar (Test de O’Sullivan) nada más
conocerse el embarazo, así que el lunes pasado tuve que enfrentarme ya con el
dichoso mejungue. Este embarazo estoy teniendo bastante más nauseas que con mi
Peque, así que el liquidín me cayó como una auténtica patada en el estómago...
pero me controlé, resistí, y no tuve que repetir bote :-) Eso sí, se me estuvo
repitiendo el mejunje todo el día...
Hace ya una semana de la prueba y
no me han llamado, así que debo deducir que todo salió bien.
¿Habíais escuchado vosotras lo del macrosoma? ¿Qué tal os ha ido con vuestras matronas?