viernes, 8 de marzo de 2013

Un mes de rabietas


Nuestro Peque siempre ha tenido bastante carácter y ha tendido a ser bastante lloroncete, pero las rabietas de verdad empezaron hace prácticamente un mes. Recuerdo perfectamente el día que marco como inicio de todo porque coincidió con el fin de semana de los carnavales, y fue la primera ver que le vi tirarse al suelo llorando y gritando de frustración.

Desde entonces las rabietas se han sucedido un día tras otro, bajando sólo de intensidad los días que ha estado malito, imagino que por falta de energía. Lo habitual ya son días como el de ayer, en el que tuvo cinco, la primera y la última las de mayor intensidad. Hoy de momento va por el mismo camino, con la primera nada más despertarse.



Por mucho que una haya leído sobre las rabietas, y haya escuchado las experiencias de otras mamis, una es incapaz de imaginar lo doloroso que puede llegar a ser ver a tu hijo tan fuera de sí, sufriendo de esa manera... Al principio, tras cada rabieta suya venía otro berrinche mío, que me ayudaba a descargar la tensión generada por el trance. Ahora ya no es así. Hasta yo, que soy muy llorona, soy incapaz de seguir su ritmo, así que mantengo la entereza, le explico por qué no puede tener lo que ha provocado la rabieta, y me limito a esperar a que se le pase.

En ocasiones parezco hasta una mamá zen y todo :-P



Sé que esto no es nada comparado con lo que nos espera cuando nazca su hermanito, así que procuro tomármelo como una especie de entrenamiento. Mientras pase esta racha y no, seguiremos bajándole el hijómetro a todos los vecinos del barrio que se preguntan qué le ha pasado a ese pequeñín que antes se paseaba por la calle alegremente con su carita de bueno y ahora va tan tremendamente indignado...

martes, 5 de marzo de 2013

20 semanas


La llegada a las 20 semanas ha sido muy dura. El martes de la semana pasada el Peque empezó con vómitos, fiebre y diarrea. No quería comer, y lo que comía lo echaba, y como está tan canijito... el viernes acabaron poniéndole una vía de suero en Urgencias.

A todo esto, el Peque me lo pegó a mí, y el viernes andaba yo igual, y con infección en la orina.

Menos mal que “nunca llueve eternamente” y el sábado por fin empezamos los dos a remontar. Yo he perdido un kilillo (el Peque no quiero ni concretarlo, pero mucho), y me notaba hasta con menos barriga... así que me vino perfecto tener ayer la eco y poder quedarme tranquila.

El Chiquitín está muy, muy bien, y ha aguantado la gastroenteritis de su mami como un campeón. Y sí, digo Chiquitín, porque nos han confirmado que es otro muchachito :-)

¡Es un hermanito pequeño George!


Estamos muy contentos. Espero, sobre todo, que se lleve muy bien con su hermano, que se quieran mucho, y que cuiden el uno del otro. En fin... lo que querría cualquier mami. Yo, de momento, me quedo de reina de la casa ;-)

Como ya se ha comentado alguna vez en la madresfera, los nenes, por alguna razón, parece que no gustan, y si es ya el segundo, imagínate. Cuando el Peque no tenía ni 4 meses, un día que paseaba tranquilamente por mi barrio, se me acercó una señora muy mayor a la que no conocía de nada y me dijo "¿Es el único hijo que tienes? Pues no tengas más, que si las hijas dan poco, los hijos dan menos". Ahí es ná.

Así que las reacciones ante el sexo del bebé han sido un poco las esperadas, y he tenido que escuchar un poco de todo... a destacar:

  •  Bueno, a la tercera va la vencida”. ¿Qué se supone que es “la vencida”? ¿Tener una niña? No lo entiendo... 

  •  Pues estás muy guapa para traer un niño”. Así que del Peque estaba la mar de feucha, ¿no?

El caso es que me alegro mucho de que ya nos hayan confirmado el sexo, porque parecía que todo el mundo quería niña, llevaba semanas escuchando lo de “esta vez va a ser niña, por esto o por lo otro”, y así sabemos todos lo que hay, y dejamos de elucubrar.

Para la siguiente entrada, los premios de Solomillito, y a ver si seguimos remontando :-)